sábado, 9 de octubre de 2010

Controversias entre las TIC y la seguridad

Vivimos en la era de la información, y la tecnología ha convertido cada cosa que nos rodea en inteligente, convirtiendo nuestra vida en algo más fácil supuestamente. Si bien es cierto que el automóvil del futuro tendrá sistemas automatizados de frenado en situaciones de emergencia, la dirección automática se adaptará a las curvas y existirán sensores que midan la distancia al coche que va delante, faltará comprobar cómo repercutirá, que el propio conductor pierda la soberanía en cierta forma sobre los controles del vehículo, en su seguridad y la del resto de ocupantes.

Es de todos conocido que el coche del futuro dispondrá de automatismos que miden, y calculan distancias, para actuar por su cuenta. Por tanto el desarrollo de estos, quitará autonomía y libertad al conductor, para poder reaccionar en situaciones de riesgo o incluso antes fallos de los propios dispositivos electrónicos. Llegamos de esta forma, a una controversia en que convergen la evolución de las TIC, cuyos fines se proyectan para ofrecer una mayor seguridad en los usuarios de los vehículos, y la inseguridad que a su vez estas producen al desprender al conductor de autonomía e independencia para poder actuar en situaciones de emergencia o imprevisibles.

El futuro promete, gracias a la evolución tecnológica de los vehículos, un máximo de seguridad y más placer para el conductor. Según el informe eSafety de la Unión Europea, estos dispositivos inteligentes podrían reducir un 95% los accidentes de seguridad vial imputables al error humano. Pero no debemos olvidar que estos sistemas suelen fallar, provocando en ocasiones situaciones de emergencia que el individuo que controla el vehículo, deberá intervenir de forma manual para poder hacerse con el control del mismo. Asimismo, el fallo electrónico de cualquier de estos dispositivos puede someter al conductor a situaciones de riesgo intolerable en que puede poder su vida en peligro. Actualmente, tenemos constancia de fallos en los dispositivos de seguridad existentes en el mercado (ABS, Airbags, ESP, etc.). Según el gabinete técnico de ASETRA, “los microprocesadores electrónicos fallan esporádicamente en muchísimas ocasiones”, ¿Qué pasaría entonces con las incidencias en los nuevos dispositivos como el CAS, si nos situara el vehículo en un posicionamiento incorrecto? Posiblemente el accidente o colisión seria irremediable, sus consecuencias podrían variar, pero aún sería peor que el conductor, no hubiera podido actuar, porque el dispositivo ya lo hubiese hecho anticipadamente de forma autónoma.

La teoría nos lleva a pensar que en un futuro no muy lejano el conductor será prácticamente otro pasajero más, al que le bastará con activar el piloto automático para dirigirse donde le guste. Pero como ya hemos mencionado, en la práctica, más electrónica equivale a mayores riesgos, puesto que el 50% de las averías que se producen actualmente en los vehículos están directamente relacionadas con un fallo en la electrónica.

Así pues debe existir una conciliación equitativa entre el volumen electrónico que posee el vehículo y que hace que se controle de forma autómata, y los dispositivos manuales en lo que debe interceder el factor humano para poder actuar en situaciones de emergencia. Así no solamente ejerceremos una prevención de accidentes en la seguridad vial, sino también en la vertiente industrial de los riesgos generados por los propios dispositivos electrónicos y automatismos de vehículo.

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