sábado, 2 de octubre de 2010

Seguridad alimentaria, residuos farmacológicos

A través de nuestro ciclista tres veces campeón del tour de Francia Alberto Contador, sale a escena estos últimos días la seguridad alimentaria como telón de fondo a causa de su “presunta” contaminación alimentaria que resultó positivo en un control antidoping durante una etapa de esta prueba ciclista. Sin duda es un tema de actualidad, con el que puede vincularse un análisis de la situación presente que se está viviendo con la comercialización y manipulación de ciertos alimentos. La carne de vacuno con la que supuestamente ha sido intoxicado el ciclista tras su ingestión, pone de manifiesto que todavía hoy sigue existiendo una falta de control en partes del proceso previo de venta, en este caso en la carne. De esta forma no conocemos el tratamiento farmacológico que estos animales han recibido en su cría, o si han padecido alguna manipulación química en vida o al sacrificarlos.

Nos encontramos pues, que a causa de estos tratamientos pueden quedar residuos en su interior dañinos a corto o largo plazo, que pueden modificar o alterar nuestro organismo. Es por este motivo que como medida preventiva se hace necesario por un lado inspeccionar y registrar cualquier utilización de productos químicos y farmacológicos para que el consumidor sepa de forma explícita su origen y como pueden afectarle a su salud. Si ya nos encontramos en alimentos información sobre el origen y el tratamiento de los alimentos, ya es hora que esta práctica se extienda a cualquier alimento puesto en el mercado y se regule la metodología en que se informa al consumidor.

De todos modos, es obvio que en el asunto Contador y su positivo por clembuterol, presenta la concurrencia de otro problema existente en la comercialización de la misma carne. El ministerio español prohibió la utilización del clembuterol en el ganado, mientras tanto siguen llegando carne a nuestro mercado procedente del exterior que sigue utilizando este fármaco y que circula sin regulación.

En la línea de la conclusiones vertidas anteriormente, cabe añadir que el conocimiento de la procedencia de la carne también supone una medida de prevención fundamental para el control alimentario e higienico de los alimentos.

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